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FRIDA KHALO

“Pinto flores para que no mueran”, decía la artista, y no solo las pintaba sino que siempre las llevaba con ella. Solía usar orquídeas, símbolos de elegancia y feminidad, o rosas en tonos cálidos, con los que pretendía plasmar la esencia y cultura de México. La artista logró darle un toque único, introduciéndolas en sus peinados, algo que la destacó y se ha convertido en un símbolo de su esencia. 

Coronada como ejemplo para todas las mujeres que han luchado ya que para el movimiento feminista, la artista es un símbolo de ejemplo y rebeldía, pues su obras dieron protagonismo a mujeres reprimidas y sometidas a los comportamientos impuestos en la época. Asimismo, aludía sin tapujos su preferencias sexuales, la liberación en su género, el tratamiento de tabúes en tomo de la menstruación, la maternidad y el aborto.

A pesar de su trágico destino y su tormentosa relación con su esposo Diego Rivera, Kahlo siempre supo como sobrellevar todo lo que le pasaba, tanto es así que cambió su ritual de vestimenta y su arreglo personal por una ceremonia que le permitía ocultar su cuerpo tras el accidente. De hecho, en su diario se encontró un dibujo donde la pintora mexicana se mostraba así misma desnuda con 11 flechas distintas en diferentes partes de su cuerpo donde señalaba las zonas de dolor anatómicamente llamados “puntos sensibles” dentro del diagnóstico de la fibromialgia.

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